Un repaso a la videotienda... y a la cartelera

Posted on abril 10, 2006 - 0 comentarios -

Intacto, 2001, Dir. Juan Carlos Fresnadillo

La industria cinematográfica española ha llegado a un punto en el que es capaz de ofrecer productos comerciales con identidad propia, a la vez que universales, y de una factura técnica capaz de competir con cualquier producción americana. Obviamente hablamos de producciones "normales", no de mastodontes hipervitaminados, de esos que acaparan la cartelera, aunque Europa también ha producido su cuota de megaproducciones. Juan Carlos Fresnadillo hace parte de esa generación de directores que tiene un dominio tal de los lenguajes audiovisuales, que sus creaciones pueden llegar a los mercados internacionales con facilidad y tener una buena acogida en el público. Intacto es su opera prima, y una muy buena muestra del talento que hay en España, así como del domino técnico de sus profesionales.

Intacto cuenta la historia de un hombre que sobrevive a un accidente aéreo, gracias a lo cual se entera de que es alguien que puede absorber la suerte de los que lo rodean, convirtiéndolos en gafes mientras él se beneficia de ello. Lo que viene a continuacón es una serie de apuestas dentro de un mundo de personajes que juegan con la suerte y el destino de otras personas, un mundo inquietante donde el que más suerte de todo el mundo tiene reta a duelo a los aspirantes que suelen acabar muertos. La trama es tan sencilla que podría haber dado para un cortometraje siendo bien concisos, pero Fresnadillo la estira como chicle, dando como resultado un film de un ritmo lánguido, que misteriosamente, atrapa al espectador con un poco de paciencia. Nunca hay sobresaltos, nunca hay giros abruptos, pero la historia es tan rara que uno no puede más que dejarse llevar por lo que ocurre en pantalla sin atreverse a adivinar lo que viene a continuación. Las apuestas a las que se someten los personajes son tan extrañas que el mero hecho de ver cómo se desarrollan ya es suficiente entretenimiento. Si además añadimos un clima tan de otro mundo que parece... bueno, un mundo paralelo a este, podemos concluir que Intacto es una película para espectadores pacientes en busca de algo diferente con qué entretenerse. Es un artefacto que apela al cerebro más que a las tripas, más intelectual que emocionante, pero es tan inteligente que uno no puede menos que admirar su osadía por apartarse de cualquier cliché del thriller norteamericano. Además se la juega con una historia lineal, sin juegos estructurales en su guión ni vueltas de tuerca marcianas para tratar de ganarse al público. No es que ello sea malo, pero ya vale del jueguito de cambiarlo todo al final.

Para ver un thriller tremendamente lacónico, inteligente y entretenido.

Haute Tension, 2003, Dir. Alexandre Aja

Laureada como la película que despertó el aletargado género del terror, la ópera prima de Alexandre Aja se revela como un homenaje al crudo cine de explotación de los setenta, en la que no hay ni la más mínima novedad, aunque tampoco es que la busque, pues lo que quiere es revivir la crudeza y hacer saltar al espectador con sangre y sadismo. No es la maravilla que muchos han querido ver, pero tampoco es precisamente mala.

La historia es tan sencilla como que una pareja de amigas llega a la casa de campo de la familia y no tarda en ser acosada por un psicópata. Eso es todo. Todo el tiempo se pasa en una persecución larguísima casi en tiempo real, que a pesar de estar muy bien manejada, puede aburrir. He ahí el principal problema: su mayor virtud es su mayor defecto. El minimalismo conceptual es bastante admirable pues está muy bien manejado y renuncia a hacer giros en la trama (sí claro... más sobre esto luego) para centrarse en la cacería del psicópata a sus víctimas. Los ecos de Deliverance, La Última Casa a la Izquierda, La Matanza de Texas y muchas otras están a la orden, pero se le aplica un interesante barniz moderno, con una estética cuidadísima en contraposición a la suciedad del cine de los setenta ya nombrado, pero que tampoco llega a los extremos del remake de La Matanza de Texas producido por Michael Bay. Sin embargo, cuando la película decide dar su único giro en la trama, todo se desarma y desafía cualquier ley lógica o física, que al hacernos rebobinar el casette para armar lo ocurrido nos deja unos huecos tan imposibles de llenar que no hay otra posibilidad más que renunciar al sentido común. También es una lástima que se apele a esto cuando todo el metraje había sido bien anclado en la crudeza de la realidad, pero al querer explicar al asesino, nos deja con un sinsabor. Mejor es no saber por qué un psicopata mata. Da más miedo (sí que lo he dicho últimamente, ¿no?)

Sea como sea, Haute Tension es una película que todo aficionado al género debería ver, aunque sea para estar al tanto de lo que ocurre y tener un criterio propio. Su director acaba de estrenar el remake de... Las Colinas Tienen Ojos, de Wes Craven, donde hay más de lo mismo, según dicen. Habrá que ver como evoluciona tanto el género como él.

Un detalle aparte: los efectos especiales son de Giannetto de Rossi, el que le hacía los fx a Fulci, y que demuestra que a pesar de ser casi un viejito, es capaz de restregarnos en la cara un buen destripamiento. Ojo al incidente con la motosierra o a un mueble atropellando personas.

Para esperar lo que se avecina en el revival setentero del terror.

Three... extremes, 2004, Dir. Fruit Chan, Park Chan Wook, Takashi Miike

El j-horror está muerto. Ya dio lo que tenía que dar y lo que surge ahora no es sino más de lo mismo. Sin embargo, algunos directores se empeñan en aplicar su propia filosofía al terror oriental, y con ello, surge Three extremes, secuela de Three, una peli de relatos que parece que fue bastante aburrida, y que ahora se luce con tres cuentos de primera calidad. Eso sí, no asustan, pues más que terror son dramas inquietantes.

El primer relato está dirigido por Fruit Chan Kuo, director de origen Hong Kong-és, que no es precisamente un habitual del género. Sin embargo con su relato Dumplings, crea una obra repulsiva sin mostrar apenas detalles de lo que da asco. De nuevo: lo que no se muestra puede ser lo más horroroso. Una mujer que busca rejuvenecer encuentra a una señora que cocina unos platos muy especiales. No les digo lo que son, pero cuando lo descubran seguro no se quedarán tranquilos. La manera en que el director orquesta la narración es espléndida, y con la ayuda del director de fotografía Patrick Doyle, sirve una sucesión de imágenes (y sonidos) bellísima, tranquila y poco efectista, pero que no hace sino aumentar la sensación inquietante: bien enraizada en la realidad, la historia hace pensar que podría pasar fácilmente. El segmento es en realidad una versión recortada de un largometraje llamado igual, Dumplings, en el que se amplía lo que ocurre aquí. Pero no crean que la historia se hace incompleta, pues está tan bien armada que uno no logra entender cómo hay 45 minutos más que no hemos visto.

El segundo relato, Cut, es dirigido por Park Chan Wook, el mismo de Oldboy y Sympathy por Mr. Vengeance. Aquí vuelve a retomar el tema de la venganza y a ponernos en la difícil situación de "¿Qué haría usted si estuviera en el pellejo del protagonista?". Un director de cine queda atrapado en el set de su última película a merced de un extra que amenaza con matar a su esposa si no hace lo que le pide. Las exigencias, claro está, serán bastante demandantes. Como es de esperar, la parte visual del relato es sobresaliente, sin embargo la historia cojea un poco pues no posee la contundencia de su antecesaora, a pesar de tener un tema que podría golpear al espectador duramente. La razón de ello hay que buscarla en un guión que no está armado para confrontarnos tan visceralmente como podría. En lugar de eso hay momentos en que vaga de un lado a otro, y si bien los personajes tienen espacio para dibujarse bien, se paga el precio de lastrar el ritmo que se llevaba desde el principio. Y bueno, tiene un final de esos que lo dejan a uno rascándose la cabeza y que generan en internet interminables foros con teorías creadas por desocupados.

El tercer segmento es dirigido por Takashi Miike y se llama The Box. Describir la historia es bastante complejo y además les dañaría el suspenso. Baste decir que es una historia fragmentadísima con mínimos diálogos, con saltos en el tiempo causados por la edición altamente anómala y que requiere de una atención minuciosa de parte del espectador. La atmósfera es bastante parecida a algunas secuencias de Audition, y el final vuelve a ser, no impactante, pero sí inquietante. Al decir tan poco de este segmento podría pensarse que no es bueno, sin embargo es el segundo mejor, gracias a que obliga a quien lo ve a tratar de entender lo que ocurre, así como a una hermosa capacidad de conjurar imagenes oníricas.

En definitiva, un trabajo experimental, minucioso y perfeccionista, que no da miedo, pero que acaba siendo una verdadera experiencia estética macabra. Abstenerse quien busca otra versión de El aro.

Para deleitarse con imagenes inquietantes.

Destino Final 3, 2006, Dir. James Wong

Si leyeron mi reseña de la segunda parte, pues ya saben de qué es la tercera: adolescentes muriendo de maneras inesperadas y horripilantes. Aunque similar a sus predecesoras, Destino Final 3 carece de la repulsión (y disfrute, hay que decirlo) de las muertes de la segunda. ¿Como olvidar el niño convertido en papilla rojiza por la vidriera que le cae encinma? ¿O el tipejo que acaba partido en pedacitos (como en Tom y Jerry) después de que un alambre de púas que vuela a alta velocidad lo atraviese? Lo mejor de las dos primeras partes era esa paranoia que se creaba poque no sabías qué era lo que iba a desencadenar el siguiente asesinato. Aquí está presente, pero la elaboración de las muertes es más simple: no hay tanta maquinaria que lleve al final (la muerte de la profesora en la primera parte es quizá la más elaborada de la saga) y no son tan sangrientas, aunque eso no quiere decir que no sean sangrientas en absoluto.

No está a la altura de la magnífica segunda parte, pero sigue siendo un buen entretenimiento. No hay que ir a pensar sino a dejarse llevar por una historia elemental y una sucesión de muertes. Ah, oír las expresiones de los que lo rodean a uno en el cine también es parte del disfrute de esta película.

Para ver adolescentes muriendo de forma terrible y graciosa.... otra vez.

PS. Estoy viendo exceso de terror y gore. Me va tocar tomarme un descanso de tanta muerte y ver algo más tranquilito. Esta semana comento La Travesía del Emperador... después de comentar Bahía de Sangre.

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