Raising Cain, Dir. Brian De Palma, 1992

Posted on julio 27, 2009 - 0 comentarios -

Después del desastre que fue The Bonfire of the Vanities, Brian De Palma buscó refugio natural en lo que mejor sabía hacer sólo que con un ligero añadido y aumentado: el exceso grand guignolesco y autoparódico. El resultado fue Raising Cain, una película pequeña, casi de serie B, pero que si se toma como debe ser, se captará como un pastiche de obsesiones y tics, muy entretenido y saludable.

Con un John Lithgow interpretando varios papeles, Raising Cain es un ejercicio de autoreferencia temática de la obra de De Palma. Ahí están sus constantes estilísticas y narrativas: el melodrama, las tramas enrevesadas, la predominancia audiovisual sobre la verbal, las set pieces épicas... Todo en un empaque ajustado de 90 minutos de precisión artesanal. Una historia que le debe al Peeping Tom de Michael Powell, al Tenebrae de Dario Argento, y a la misma obra de De Palma, Raising Cain cuenta cómo un modélico médico se sumerge en una espiral de demencia cuando su gemelo psicótico aparezca haciendo cumplir las órdenes de un padre aún más enajenado que ellos dos: un psiquiatra que busca experimentar en bebés sus teorías sobre la personalidad.

Es asombroso cómo la trama está desarrollada de manera tan simple, y aún así se enreda hasta límites insospechados. Prueba de que el director sabe mantener la atención sólo a punta de recursos propios. Muchos han malinterpretado la obra, sin darse cuenta del carácter autoparódico que tiene: los policías "casualmente" pasan por allí y acaban resolviendo misterios; las explicaciones retóricas al estilo Psicosis abundan; las respuestas traídas de los cabellos está a la orden del día... Pero no por ello la película es mala, sino todo lo contrario. De Palma no se toma en serio a sí mismo, pero sin caer en la chabacanería cinéfila, y todo se hace con una elegancia que te hace dudar de si va en serio o no. Pero no, no del todo.

Una de las mejores películas de su director, quizá no a la altura de Blow Out o Dressed to Kill, pero sí en su propia liga, Raising Cain debería ser vista por todo amante al cine de suspenso que se precie, sabiendo que dentro de su apariencia clásica, hay un chiste inteligente y muy sarcástico sobre la trayectoria de su director.

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