El cine del Dr. Calamar

Las ocupaciones no me han permitido actualizar el blog tan frecuentemente como había prometido, y casi ni siquiera ver todo el cine que tengo pendiente, pero aquí estoy, con dos documentales, y en los próximos días, espero, les traeré un par de películas bastante interesantes.

Going to pieces: The Rise and Fall of the Slasher Film, Dir. Adam Rockoff, 2006

Siguiendo con los documentales de cine, en éste encontramos la historia del slasher, desde sus orígenes en el giallo italiano, hasta el slasher postmoderno. Con abundantes entrevistas a los responsables del género, la película sirve como un nostálgico documento de una er, de un género al que se le tiene cariño. Lamentablemente no es mucho lo novedoso que podemos encontrar en él. Ver a Savini, Carpenter y otros que nunca había reconocido (Zito, Cunningham) es siempre estimulante. Recordar títulos, aunque sea por su nombre pues nunca se vieron también. De hecho el repaso es bastante exhaustivo (The Prowler; He knows you're alone; Silent Night, Deadly Night; Happy birthday to me; Prom Night; Slumber party massacre...) pero en últimas, no hay nada que no supiéramos ya.

Una curiosidad para recordar, y aunque no es mala, poco más.

Cinemanía, Dir. Angela Christlieb, Stephen Kijak, 2002

Algunas personas lo miran a uno con cara de extrañeza cuando se dan cuenta de la cantidad de cine que uno ha tragado. Pero los protagonistas de éste documental se llevan la palma. Algunos se ven hasta cinco películas todos los días. Literalmente su vida es el cine.

Por un lado se siente ese encanto que tiene el cine para uno. Por otro, esta gente SÍ está enferma. Uno come alimentos que le producen estreñimiento sólo para no perder tiempo yendo al baño. Otro dice que el cine es mejor que el amor y que el sexo. Y las historias que cuentan son realmente de gente desadaptada, aunque ellos no se consideran enfermos. Y no es que los esté juzgando, aunque sí, pero es que esta gente sí se aleja del mundo real por completo.

Sin embargo, hay características que uno alcanza a reconocer en sí mismo. Esas interminables charlas cinéfilas que tanto gusto nos dan, los desafíos al conocimiento de cine, el coleccionismo incurable, las repeticiones insaciables... Un par de frases tremendamente lúcidas también resaltan: "Los cinéfilos no socializan para conocerse o para hacer amistad. Lo hacen para hablar de cine"; "Algunas supuestas obras maestras parecen profundas, pero en realidad sólo son aburridas"... Son cosas con las que uno se identifica.

Sin embargo, el documental se queda mostrando las vidas de estas personas, y como eso se limita al cine, pues se le acaba la gasolina a mitad de camino. Lo que comienza muy bien languidece hasta el final. No obstante, tiene méritos para ser visto. Especialmente por aquellos sujetos para los que el cine ocupa gran parte de su vida.

Para la próxima prometo dos pelis bien buenas y comentarios más interesantes. Espero no quedar mal de nuevo.