Tres pelis de la cartelera

Posted on noviembre 25, 2006 - 0 comentarios -

El Gran Truco, (The Prestige), Dir. Christopher Nolan, 2006

Christopher Nolan es un director que, si bien ha llevado una carrera admirable y muy inteligente, no es, para mí, el geniecillo que muchos han querido ver. Es alguien que, al igual que Alejandro Amenábar, cuenta con una buena inteligencia, así como con un envidiable conocimiento del medio. De esta forma, casi cualquier proyecto que tengan entre manos es difícil que resulte horrendo.

El Gran Truco es una película prototípicamente nolanesca. Personajes atormentados y fríos, culpa por doquier, y un guión armado como una fina pieza de relojería son sus ingredientes. Añadimos una fotogrrafía impecable y unas buenas actuaciones pero que en ningún momento sobresalen por encima del conjunto, y tenemos una gran película, a la que sólo le echo en falta una pequeña dosis de corazón. Verán, Nolan, guionista, es un tipo capaz de crear narrativas complejas y aún a pesar de ello no dejar despistado (no del todo) al espectador. Nolan parece usar más la inteligencia que el sentimiento. De esta manera la película es un deleite intelectual, pero la frialdad imperante acaba por afectarnos ligeramente.

No me malinterpreten, pareciera que la película no me gustó, y no es así. Ha sido una de las mejores que he visto últimamente. Me encanta todo lo relacionado con la magia, así que aquí estaba feliz por todo lo que pasaba alrededor del tema. La recreación histórica mezclada con toques fantásticos sale muy bien librada, sin llegar a tener problemas de credibilidad incluso cuando bordea la ciencia ficción. El casting me sorprendió, con su aparición de algunas figuras reconocidas, sin convertirse en un festival del cameo. Y los giros en la trama son tan complicados que te cogen por sorpresa, a excepción de algunos en el tercer acto, donde desafortunadamente se pueden ver por instantes los hilos del guión. Eso no empaña el buen rato que hace pasar al espectador, dando como resultado un cine comercial inteligente, que no da las cosas en bandeja sino que sabe apreciar la inteligencia del espectador, algo que tanto hace falta en una época en que las películas te lo dan todo tan fácil que puedes desconectar el cerebro para verlas. En todo caso seguirás en piloto automático. Sin contar lo perezosos que se han vuelto ciertos espectadores, poco dispuestos a tener que usar las neuronas.

Quizás el precio que paga el film es que un segundo visionado tendría menor impacto (lo intuyo pero puedo estar equivocado) precisamente porque gran parte de su poder reside en su capacidad de sorprender a punta de giros de la trama. Cuando ya conocemos el camino y vemos hacia donde nos dirigimos hay menos disfrute, y como no hay mucha exploración de personajes podría no aguantar ese segundo visionado. Aún así los decorados, la fotografía y todo lo visual es tan bello que, aunque le falten tres centavos para el peso, es casi el peso completo.

Excelente película. Olviden cualquier cosa mala que haya dicho de ella, que, aunque sea verdad, es peccata minuta.

Volver, Dir. Pedro Almodóvar, 2006

Hace mucho años tuve un problema con Almodóvar. Sus películas me parecían, simple y llanamente, películas para marujas, dirigidas a señoras mayores que se reunen a tomar café en las tarde. Y de repente vi La Mala Educación y quedé asombrado. Había un director con muchas ideas en todos los campos, y al que se le notaba una verdadera pasión por lo que hacía. Tuve que reconocer mi error. Aún no lo he subsanado revisando las películas que durante tantos años me perdí, pero esperaba con ansias Volver. Y no me defraudó. Un excelente melodrama al que no le interesa seguir una trama lineal, sino simplemente explorar las vidas de unas señoras, sobre todo la de Penélope Cruz, y que sólo se puede resumir en "A Penélope Cruz le pasan muchas cosas", no porque sea enredada, sino porque hay muchos eventos importantes en la cinta.

El kitsch, las mujeres, la ternura, la comedia... Todas las características de su autor están presentes aquí, aunque sin rechinar. Es como si volvieran a la vida esas películas de cine de tarde de los años cincuenta (emitidas ahora en el espacio Cine de Barrio de TVE), sólo que aumentadas y potenciadas en todo lo artístico. Y es extraño cómo uno de los directores de quien más noté ideas prestadas fue Hitchcock, no siendo este un film de suspenso (aunque no carece de él). La música sobre todo, que parece sacada de alguna olvidada partitura de Bernard Herrmann, o los títulos de crédito que parecen diseñados por Saul Bass, son algunos ejemplos de ello.

No tengo mucho más qué decir de ella, aparte de que me emocionó con su sinceridad, me entretuvo y me hizo salir contento de la sala.

Sí, es una película para marujas. Pero qué buena película para marujas.

Entre Besos y Tiros, (Kiss Kiss Bang Bang), Dir. Shane Black, 2005

Algunas películas se deberían proyectar al público general para que aprendiera a usar un poco el cerero. No porque aporten tranmas importantes a sus vidas, sino porque son tan enredadas que hay que usarlo mucho para descifrarlas. O renunciar a ello y sólo dejarse llevar. Eso suele ocurrir con el cine negro, donde la trama de corrupción suele ser tan compleja, que uno a menudo se siente en la piel del protagonista, alienado y sin entender nada, mientras a su alrededor no dejan de aparecer cadáveres.

Shane Black elige para su debut como director una historia en la más clara tradición noir, pero aderezada con unas gotas de postmodernismo. Primero la convierte en un parodia de géneros, pero sin burlarse de ellos, sino homenajeándolos en clave de humor. Luego la convierte en una película autoconsciente, capaz de reflexionar sobre lo que está ocurriendo en su seno y hasta burlarse de sí misma. Y a continuación le añade una verborrea tan astuta que es difícil captar todos sus significados en un solo visionado, escupiendo como una ametralladora diálogos ingeniosos sin parar.

Black escribió los guiones de Arma Mortal y El Último Boy Scout, entre otras, que son en esencia film noirs pasados por el cine de acción de los ochenta (léase buddy movies), y aquí vuelve a llamar todos los clichés imaginables del género. Pero en lugar de quedarse ahí, los usa como maqueta para construir una película única a partir de ellos. Entre Besos y Tiros es realmente una buddy movie neo-noir, plagada de referencias al cine, y con un sarcasmo increíble.

La historia, demasiado complicada para resumirla, implica hijas bastardas, violaciones a menores, pornografía y bajos fondos. Pero Black le añade una serie de eventos tan graciosos a la par que inteligentes (el dedo que se rehúsa a ser cosido a la mano, perdiéndose una y otra vez), que a los que entienden de qué va la peli les parecerán desternillantes. Ese final que hay que ver para creer, en el que Robert Downey Jr. se salva de la manera más implausible de la muerte y acaba con el malo casi de rebote es simplemente magistral y la prueba de la mala leche y la cara dura que el guionista y director consigue insuflar en su historia. Hay por el camino tantos detalles de las que uno se puede pegar para disfrutar que si se entra en el espíritu juguetón de la cinta cada línea de diálogo acaba teniendo una sorpresa agradable.

Lo importante aquí no es tanto la trama (que va a una velocidad tan endiablada que no da tregua al espectador) como el envoltorio, demasiado cool para algunos. Si no tienen un sentido del humor retorcido olvídenlo. Aquí ocurren algunas situaciones negrísimas que podrían ofenderlos. Pero la verdad es que en el panorama del cine de acción de Hollywood, esta es una de las películas con más caracter que se han dirigido en los últimos años.

Una pequeña joya que todo aficionado al género tiene que ver.

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