De todito

Posted on noviembre 18, 2006 - 1 comentarios -

Dreams in the Witch House, Dir. Stuart Gordon

El segundo episodio de Masters of Horror parecía una apuesta segura: un relato de H.P Lovecraft llevado a la pantalla por su adaptador casi oficial, Stuart Gordon. Gordon ya se había atrevido con ReAnimator, From Beyond y Dagón, con resultados dispares pero al menos interesantes, así que este episodio parecía terreno abonado para una fértil cosecha. No resultó así. Al menos no del todo. La historia no plantea un conflicto claro desde el principio, dedicándose más a crear un clima de pesadilla no totalmente conseguido, que busca desorientar al espectador tanto como al protagonista. La trama de un estudiante de la Universidad Miskatonic (¿qué otra?) que llega a un cuarto y pierde la noción de lo que es la realidad ha sido puesta al día para concordar con los descubrimientos de la física cuántica, pero aún así no engancha totalmente al espectador. Ahora, tiene momentos irritantes, para bien, como ver al pobre estudiante perdiendo la cordura cada vez que se va a dormir y despierta en un sitio diferente. Y hacia el final se recompone agradablemente, aunque sin convertirse en un episodio clásico.

La serie continúa con episodios correctos. Veremos si surge alguna joya.

PS. Lo siento Doctor Matasanos, no podía darle tanta varilla. A mí no me pareció tan mala.
PS2. Me perdí los episodios de Takashi Miike y Tobe Hooper porque los señores de FX empiezan el capítulo 15 minutos tarde y lo hacen durar más de una hora.

El Juego del Miedo III, (Saw III), Dir. Darren Lynn Bousman, 2006

Así como de vez en cuando surgen dentro del cine independiente ciertos conceptos de terror que revitalizan el género de manera interesante, más allá de los habituales psicópatas, como la saga Destino Final, también es cierto que si tienen éxito, las secuelas están a la orden del día. Ese parece ser el destino de El Juego del Miedo. Aclaro que no he visto las dos primeras partes de la saga pero tenía la suficiente curiosidad como para arriesgarme con la tercera sin saber mucho de su historia.

Dicen que la primera parte es buena, que es un thriller retorcido a la manera de Seven. Puede que sea cierto, pero esta segunda secuela apenas tiene historia. Hay una sencilla una línea narrativa, demasiado simple, y al final una vuelta de tuerca, emocionante, pero que no llega a tiempo para salvar el film de ser un sádico e inmoral derramamiento de sangre.

No tengo nada en contra de que a un zombie le partan la cabeza de un machetazo, y hasta tolero la vomitada de intestinos de City of the Living Dead, pero no es en lo gráfico donde trazo un límite. Es en el tono que use. Y Saw III se regodea en el dolor de sus víctimas. Si disfrutas eso, estás disfrutando de que alguien sufra, así sea de mentiras, en la pantalla. No hay una verdadera catarsis, una justificación para esa humillación. Es sadismo por sadismo. El atisbo de moraleja del final, si bien es interesante, no alcanza a redimir la película de ser solamente un espectáculo de dolor.

Si a eso añadimos una dirección absolutamente poco original, que abusa de los cortes rápidos, de la estética MTV y demás florituras vacuas, entonces ¿qué queda?

Es una lástima que se haya preferido ir por la ruta fácil, en lugar de dar un golpe a las tripas y a la psiquis para cuestionar alguna convención, como intuyo pasa en la primera película. Tenía actores competentes (y Shawnee Smith, la heroína de The Blob sigue estando tan linda veinte años después) y un tema interesante. Pero se les escapó de las manos y se convirtió en un amasijo de tripas sin ton ni son.

¿Será que me estoy haciendo viejo y las nuevas generaciones del gore ya me superaron? ¿O será simplemente, como dijo un amigo, que el terror ya carece de herramientas para asustar y tiene que acudir al sadismo y la visceralidad? Oigo opiniones.

Las Torres Gemelas, (World Trade Center), Dir. Oliver Stone, 2006

Después de que Vuelo 93 iniciara las adaptaciones sobre el 11 de septiembre, Oliver Stone nos trae su propia versión de los hechos. Afortunadamente, lo que podría haberse convertido en otra diatriba contra el gobierno americano y un panfleto político, es, simplemente, un drama humano.

La historia de dos de los supervivientes que fueron rescatados debajo de las ruinas de las torres gemelas, es un recuento de esas angustiosas horas, de la espera angustiante de sus familias por tener noticias suyas y del desenlace de tales hechos. No hay mucha construcción dramática; estos son hechos reales con poco andamiaje de guionista. Por eso a veces la cinta podría tornarse monótona, con largos diálogos de dos personajes que no pueden moverse bajo los oscuros escombros. Si uno espera una trama que se desarrolle puede decepcionarse, la mayor parte del tiempo sólo hay espera. Y la dirección de Stone enfatiza esta sensación, sin cortes rápidos, montajes espectaculares ni sensacionalismo, sólo una mirada casi objetiva.

Lo que más me gustó es que al final se dejan las puertas abiertas a la esperanza, después de todo lo que ha ocurrido. Es cierto que nunca nadie hará una película sobre los 150.000 muertos civiles que ha habido en Irak desde la invasión, pero a esta película no se le nota ningún asomo de apología del "american way of life", y así una parte de mí se hubiera alegrado de que por fin los americanos sufrieran algo así, pienso que en el fondo una vida es una vida y no puede valer más o menos por ser de un país pobre o de uno rico. La película deja de lado estas cuestiones políticas y no es culpa suya lo que las sociedades o los gobiernos hagan. Por ello trato de juzgarla al margen de ese sentimiento pseudo-antiamericano, que dicho sea de paso, no se enfoca en su gente sino en sus gobernantes.

Podría acusarse al film de sentimentaloide y manipulador, como algunos vieron en Crash, pero para mí estas películas nunca fueron sobre temas sociales, sino esencialmente dramas humanos, y por ello me gustaron, porque provocaron sensaciones en mí. Creaban tensiones y al final por medio de la catarsis se emocionaba al espectador.

Una bonita película que si bien no sirve para pasar una entretenida tarde de domingo (no es para pasarla bien con tanto dolor), ni para salir discutiendo sobre la situación política mundial (no es ese el propósito de sus creadores) es lo suficientemente buena como para ganarse una recomendación mía.

There has been 1 Responses to “De todito”

  1. berlin says:

    las opiniones varian de acuerdo a lo que quedan siente sobre un film o un corto en el caso del mini de stuart gordon, lo considero muy por debajo de sus posibilidades, espero ver los demas capitulos de masters y al final tener una idea general de los mejores y los mas discretos capitulos.