El cine del Dr. Calamar

The house of flying daggers, 2004, Dir. Zhang Yimou

Una complicada historia de amor entre espías, policías y bandidos en la China antes de Cristo.

Anticipada por mí desde hace varios años, cuando oí hablar de Héroe por primera vez, La casa de las dagas voladoras llega afortunadamente a nuestros cines tan poco dados a comercializar incluso cosas como estas, con un amplio potencial de público para explotar. Publicitada inútilmente con la frase de Julio Sánchez Cristo como "La película más hermosa que he visto en mi vida" lo único que puedo pensar ante tal cosa es: 1. ¿Acaso este señor es un experto en cine como para que su frase valga algo? (Es como si Álvaro Uribe la recomendara... ¿y entonces?) y 2. Creo que después de ver la película, ese señor no debe haber visto mucho cine en la vida. Hay cantidad de películas que pueden competir con esta, empezando por Héroe.

La película es una especie de prolongación de ideas exploradas en Héroe. La belleza visual, la trama convolucionada, las artes marciales acrobáticas y danzarinas... Pero las diferencias con Héroe son evidentes. Héroe presentaba un guión que te atrapaba gracias a los continuos cambios de puntos de vista en la versión del relato. La casa... empieza como una historia de espías y cambia a una historia de amor a medio camino, las situaciones se suceden sin acumular especial efecto drámatico, y cuando ya creemos que la peli no es tan "novela de caballería" sino más una simple historia de amor, es muy tarde para adaptarse adecuadamente al giro. Héroe, en lo visual, usaba en cada segmento un color específico, consiguiendo resultados impactantes por la acumulación tan poderosa. La casa... lo hace de otra manera, más sutil y menos elaborada, pero a la vez menos impactante. Los colores son brillantes y esplendorosos, pero de manera no tan evidente como en Héroe. Aquí sí hay una mayor combinación de colores y lo visual, aunque hermoso, salta menos a la vista.

La historia es en realidad una historia de amor. Pareciera que se trata de una novela de espías, pero es en realidad un triángulo amoroso entre diferentes bandos de una guerra. Si desde el principio se hubiera definido esto, hubiera podido digerirla mejor, pero es poco a poco que se llega a este punto. Creo que el problema es más mío que del director, más de expectativas creadas por esquemas mentales que de resultados artísticos reales, pero eso para mí disminuyó el impacto.

Lo más positivo es en todo caso increíble. Secuencias en las que la yuxtaposición de preciosas imágenes aunadas a una bella banda sonora se conviertn en una verdadera definición de cine: imagen y sonido combinados para crear emoción más allá de las palabras. La batalla final tan extensa que abarca varias estaciones (otoño e invierno) y como siempre, la poesía de la sangre en la nieve. Manipulación de velocidades de cámara para obtener ballets marciales emocionantes. Todo un estudio sobre las posibilidades visuales del género.

No está, para mí, a la altura de Héroe, pero ello no significa que sea mala. Por el contrario es realmente hermosa, y no se dejen convencer por mis pegas a la trama. Déjense llevar por lo visual, que es donde reside la verdadera fuerza del film.

Para ver una sinfonía de colores espléndida.