¡Fantasmas despeinados!

Posted on julio 02, 2005 - 0 comentarios -

Ju-On, 2003, Dir. Takashi Shimizu
The grudge, 2004, Dir. Takashi Shimizu

Un esposo celoso asesina a su esposa e hijo y luego se suicida. Y como en Japón una persona que muere en un ataque de ira deja una maldición, pues ¡hala, a espantar se dijo!

Terror japonés, la nueva moda. Y como toda moda, detrás de ella algo hay, y lo mejor es que lo que nos llega no suele ser la caspa sino cosas valiosas. Si Ringu (The ring) y sus infinitas encarnaciones fue el emisario de las buenas nuevas (valga la pena recalcar que las versiones japonesas no me gustaron y la versión americana es mejor, aunque a algunos les parezca que no), algunas otras muestras que han pasado por nuestras pantallas han sido muy superiores. Después de estar algo decepcionado con el boom pude ver en Cinemax Ju-On. Historia breve: una saga compuesta por cuatro partes, dos de ellas en video, dos en cine, un remake americano y una secuela en la incubadora. Y hace unos días pude ver el remake americano en cine, realizado por el mismo director de las versiones japonesas, Takashi Shimizu, quien ya debería dejar de hacer la misma película una y otra vez (él solito las ha dirigido toditas todas)

Al grano: Ju-On y The grudge no son diferentes en casi nada. Son casi dos hermanos gemelos, apenas diferenciables entre sí. Ju-On toma los elementos particulares del cine de fantasmas japonés y los perfecciona, los lleva a la mínima potencia. Sí, dije mínima. Deja de lado cualquier historia o viso dramático innecesario y va a lo que importa: asustar. Ahora, eso suena como malo, ¿no? Digo, ¿una peli sin historia? Pues no. Ju-On es casi un manual para asustar en el cine. Compuesta por varios segmentos vagamente conexos, que retoman la idea de maldición viral de El aro, Ju-On asusta mil y una veces a lo largo de sus 90 minutos. Y no me refiero al susto fácil con gato que entra en cuadro (aunque ese también está presente), sino a crear una atmósfera de tensión tan alargada que exaspera (para bien, insisto) hasta puntuar cada sketch con el susto esperado. ¡Y vaya si sabe asustar! Poco movimiento de cámara, poca sangre, mucha ambigüedad (sombras, desenfoques, detalles apenas perceptibles pero perturbadores) y un estilo maravilloso que supera a cualquier otro ejemplo de j-horror que haya visto. Y no me molestó ver de nuevo a ese fantasma despeinado y con el ojo inyectado en sangre igual a Sadako de Ringu.

The grudge... Salvo por unos personajes y algún giro, la historia es exactamente la misma, lo cual no me hizo mucha gracia al darme cuenta que me estaba repitiendo la peli pero con otros actores. Eso sí, no cede a lo fácil. Sí, hay cosas que se cambian para hacerla más digerible al público, pero no es mucho. La cámara se mueve más (lástima), hay más historia (otra vez lástima) y sí hay un final más definido (este sí que da lástima al compararlo con el original). A pesar de los defectos, la película es excelente y conserva los mismos sustos de la original. Fue capaz de callar a una sala llena de público atolondrado que pateaba sin cesar los tarros de crispetas. Ah, la sangre, aunque no abunda, sí está más presente en la versión americana, con un detalle muy, muy macabro y horripilante. Creo que ese efecto no lo había visto antes. Si lo ven lo reconocerán.

En conclusión, aunque a mí me gusta más la japonesa, la americana no es en absoluto despreciable. Sólo algunos puntos por debajo de la original. Y tal vez todo dependa de cuál de las dos se vea primero, como suele ocurrir.

Para llevar a una nena y que se pase la peli agarrada a tu brazo.

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