Dos cortos de Nacho Cerdá

Posted on julio 13, 2008 - 1 comentarios -

Robándole unos minutos a mis ocupaciones, les traigo un par de cortos de... pues si leyeron el epígrafe, ya saben de quién. Bueno, la cuestión es que Nacho Cerdá dirigió un buen largometraje llamado The Abandoned, el cual espero reseñar pronto, pero antes ya había hecho sus pinitos con varios cortos muy interesantes: la llamada Trilogía de la Muerte, compuesta por Awakening, Aftermath y Genesis. Yo sólo he podido ver los dos últimos, pero son lo bastante interesantes como para tratar de buscar la primera parte.

Pero al grano, que no tengo mucho tiempo.

Aftermath (1994) es algo legendario. Desde hacía muchos años había oído hablar de ella, pero no fue sino hasta la semana pasada cuando pude echarle un vistazo. Y si a veces las leyendas resultan desinflándose ante las evidencias, éste no es el caso: Aftermath es una de las cosas más brutales que he visto, y no por la violencia. A diferencia de cualquier epopeya gore, en la que las tripas son las que marcan el ritmo de la náusea, Cerdá no hurga más de la cuenta en su corto. Es cierto, hay bastantes tripas, pero no es eso lo que incomoda. Una simple historia sin diálogos, sobre un forense en su trabajo, que está rodada con tal asepsia que no puedes creerlo. En manos de alguien con un morbo enfermizo (aunque no sé si esto no sea morboso) se hubiera regodeado en primeros planos y vísceras por doquier. Cerdá nos sitúa lejos de todo, sin pasarse de la raya, dejando que sean los sonidos los que en más de una ocasión nos pinten la cruda imagen en nuestra cabeza, aclarando que lo que le interesa no es destripar cadáveres, sino desnudar cierta naturaleza humana: la delgada línea que separa la vida de la muerte, la cercana relación entre Eros y Tánatos. Y es aquí donde nos sentimos mal: no cuadra esa apacibilidad con lo que se nos está mostrando. Pero es que la carencia de emociones es precisamente semejante al mundo de muerte del protagonista. Nada se mueve, nada respira, pero la carne es la carne y poseída por una mente enferma acaba por cometer atrocidades.

No quiero revelar demasiado, pero cualquiera con algo de olfato sabe por donde pueden ir los tiros. Sólo quiero decir, que si no están en compañía de alguien que acepte de buen agrado algo como esto, se verán en problemas. Esto no es Braindead, donde se pueden reír con la cochinada. Esto es algo serio.

Genesis (1998), por otro lado, carece de la atrocidad gráfica a la que nos sometió Aftermath. Es una historia mucho más sencilla y hasta predecible, pero no por ello carente de atractivo. Un escultor que perdió a su esposa acomete la tarea de esculpir su cuerpo, a medida que su mente juega con él... o tal vez no.

Las dos historias están filmadas con un estilo increíblemente elegante. Una narrativa muy depurada, que sabe sumergirnos en un mundo irreal, a la vez que muy real, bien iluminado y bien actuado... Pero no es lo técnico lo que más impacta, sino que estamos ante la obra de un verdadero artista, no de un tarado aficionado al ultragore. Estas dos obras poseen un halo poético (una más que la otra: aunque Aftermath no sea exactamente poesía, sí tiene alma... aunque oscura), y sobre todo, unas intenciones que van más allá del asco. Imposible no pensar precisamente en la muerte, en la naturaleza del cuerpo humano, o en la fragilidad de la existencia después de ver estos dos cortos.

Espero con ansias lo que venga de éste director español.

There has been 1 Responses to “Dos cortos de Nacho Cerdá”

  1. Elchinodepelocrespo says:

    No he visto los cortos de Cerdá. Debo decir que el largometraje me pareción bastante flojo, aunque con algunas buenas intenciones no muy bien plasmadas. La descripción de Aftermath me recordó bastante a un corto de Stan Brackhage que hizo en los 70 en los que filmó una autopsia completa: http://www.youtube.com/watch?v=DrU65rlruXM