El cine independiente ha existido desde siempre. Desde los empresarios alejados de Hollywood que exhibían sus producciones en teatros alquilados haciendo circuitos por los pueblos durante la época de la Gran Depresión, no todo el cine independiente ha sido como lo conocemos ahora. Sin embargo, hay que reconocer que lo que muchos llaman así hoy día, se configuró entre los ochenta y los noventa, siendo algo generalistas. Y precisamente nombres como Jim Jarmusch, Quentin Tarantino, Spike Lee o Kevin Smith fueron quienes comenzaron a darle ese lustre semi-mainstream al término, gracias al éxito repentino a través de Sundance (un buen libro para conocer ese mundillo es Spike, Mike, Slackers, & Dykes: A Guided Tour Across a Decade of American Independent Cinema, escrito por alguien que vivió de cerca y en carne propia esos mismos días, muy entretenido de leer y plagado de datos curiosos).
A ese mundo hay que añadir el nombre de Tom Dicillo, hoy día un reputado director independiente, con títulos como The Real Blonde, Living in Oblivion y la que hoy nos compete, Johnny Suede, su primera película. Pero hay que recordar que también ejerció como director de fotografía de Jim Jarmusch en Stranger Than Paradise, por allá cuando las carreras de ambos estaban en sus comienzos. Su cercanía con ese mundillo cinematográfico independiente norteamericano hace que su debut esté plagado de las mismas virtudes y defectos que caracterizaron a ese cine de los noventa. Para algunos eso será un punto a favor, para otros, entre los que me cuento, uno en contra.
Johnny Suede cuenta una historia difícil de resumir, entre otras cosas porque es una serie de viñetas más o menos conectadas, que no cuentan del todo una trama, sino más bien ilustran un período de tiempo en la vida de su protagonista, un ingenuo aspirante a estrella de rock en un peculiar mundo parecido al nuestro, y a la vez no tanto. Es ahí donde comienzan los problemas o viertudes, según se mire. Porque la película parece más una construcción rápida e improvisada sobre un personaje, concatenando situaciones curiosas (el encuentro con un Nick Cave albino, la caída del cielo de los zapatos de gamuza), y confeccionada a medida para un público específico: el más hipster del underground y lo alternativo. Una atmósfera enrarecida sacada a partes iguales de Eraserhead (y en general de todo el cine lynchiano) así como del cine austero de Jarmusch, una escena onírica con un enano, música rocanrolera nostálgica con preponderancia de un solitario contrabajo, incongruencia y sin sentido... Si les suena familiar, están en lo cierto. Si es lo que les atrae, probablemente se encuentren a gusto en la película, pero a mí me pareció una recolección de tics y clichés recalentados, no exentos de encanto, sí, pero no lo suficentemente potentes como para sorprenderme.
Una rareza de culto, lo reconozco, pero poco más. Tiene sus momentos, y a más de uno le encantará. A otros... no tanto.
Ah, sí, el protagonista es Brad Pitt, y sí, como me hicieron caer en cuenta, en sus inicios parece que le gustaba salir en pantalla en calzoncillos.
Johnny Suede, Dir. Tom DiCillo, 1991
Posted on agosto 18, 2009 - 4 comentarios - Cine Independiente Norteamericano
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There has been 4 Responses to 'Johnny Suede, Dir. Tom DiCillo, 1991' so far
Nacho fusil says:
Saludos hermano Calamar de la hermana Medusa de Palomitas en los ojos...
Diegogue says:
habrá que echarle su visionado a este johny Swede, leyéndote, Calamar, me acordaba de algo, la soporífera Terminator Salvation es también cine independiente, con todo y sus doscientos millones de presupuesto
Dr. Calamar says:
Señor Nacho, muy buen blog el suyo. Excelente para descubrir aún más cosas en este universo bizarro. Me alegra que se haya pasado por el mío. ¡Y gracias por poner mi enlace en su página!
Dr. Calamar says:
Y Diego, qué aburrida fue T4: puro ruido y poco sentido común (ese transplante al final... "Espera ya te cambio el corazón. A ver me desinfecto con una toallita húmeda y manos a la obra")
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