Dos de los Hermanos Shaw

Posted on octubre 19, 2008 - 0 comentarios -

No es poco frecuente el encontrarse con supuestos clásicos que no acaban por llenar las expectativas creadas. Tal vez sea porque, precisamente, las expectativas de ver una obra maestra eran bastante elevadas, o acaso porque esa valoración proviene de círculos demasiado especializados, y uno, ignorante de qué es lo que debe ver, se lo pierde. Pero creo sinceramente que no es mi caso con estas dos películas, que no satisfacieron mis ansias.

Intimate Confessions of a Chinese Courtesan,
(Ai Nu), Dir. Yuen Chor, 1972

En los años setenta, en plena era exploitation, sucia y decadente, nacieron algunos productos en Japón, que llevaban la violencia y el sadismo a niveles insospechados. Incluso normales películas de acción, se veían sometidas a los vejámenes de sus productores, ya no porque las quisieran cortar, sino porque junto a los directores y guionistas, querían buscar el "más terrible todavía". Lo que no imaginaba yo era que dentro de la cinematografía china, y especialmente en el seno de una productora como la de los hermanos Shaw, surgiera un producto de estas características. La película conserva todos los elementos que hicieron famoso a este estudio: decorados maravillosos, actuaciones impecables, cinematografía pulida... En definitiva, las marcas de un producto nacido dentro de una industria que ya no tiene que preocuparse por los aspectos técnicos, y que además ha superado el mero mercantilismo y se atreve a hacer las cosas con más calidad. Lo que no me acaba de convencer, es ese hálito de perversión que llenó las producciones del mundo en aquella época. Que muchos disfrutan viendo crueles torturas a mujeres indefensas, es innegable. Por algo hay tanto de esto. Pero la misoginia no es lo mío, y, desafortunadamente, en esta película se cuela mucho de ello. Podrá argumentarse que la película es en realidad una obra feminista, puesto que la protagonista, secuestrada y obligada a prostituirse, más adelante acabará con los perpetradores de semejante delito. ¿Cuántas películas tienen el mismo argumento? Hagan cuentas y verán que no son pocas. La cuestión es que no, esto es un producto hecho para hombres, diría yo, y las escenas de sexo, aunque no explícitas, sí bastante más generosas de lo normal, y puntuadas por un mal gusto bastante desagradable, lo comprueban.

Ahora, nada de esto sería un problema si nos encontráramos ante una obra transgresora. Pero lo que tenemos en frente es simplemente una película de venganzas, con un esquema argumental más recto que la carretera al mar. No hay sorpresas, y todo está planteado desde el inicio. Ni siquiera la traición final nos sorprende. Sí, nos quedan paisajes bonitos, algunos combates realmente buenos, pero en el aspecto total, la película nos queda debiendo mucho. No es capaz de introducirnos en la piel de la protagonista más allá de lo superficial, y se queda en un esbozo de sus verdaderas motivaciones. Cosa que en, por ejemplo, Kill Bill, película que bebe de esta entre millones de otras, no ocurría.

Como nota curiosa vale la pena hacer notar las diferencias entre un producto chino de uno japonés. De nuevo nos encontramos con una cuestión de idiosincrasias: mientras las películas japonesas (léase Sex and Fury, Lady Snowblood o incluso la muy superior a todas estas Female Convict Scorpion) son de un laconismo y una rigidez bastante claras, en las chinas nos encontramos antes productos más fluidos, más emotivos, lo que se refleja en la puesta en escena y por supuesto en el resultado final. No necesariamente mejor una aproximación que la otra, sólo que sí es notoria la diferencia.

En fin, un clásico, dicen, pero a mí no me convenció para nada. No es un bodrio, pero cuando una película viene precedida de comentarios halagadores y no los cumple, el castigo suele ser peor.

The Five Deadly Venoms,
(Wu Du), Dir. Chang Cheh, 1978

Tres cuartos de lo mismo ocurre con esta película, salvo por el detalle de lo grotesco en la violencia sexual. Aquí estamos ante una película de acción y vamos al grano, nada de rodeos que no vienen a cuento dentro del género. La novedad radica en que se le han añadido liberales dosis de suspenso. Por una vez la historia de venganzas queda relegada a un rincón (existe, pero no es lo principal), y nos centramos en las conspiraciones y traiciones de un grupo de tipos que buscan un tesoro. Los Cinco Venenos no se conocen entre sí, pero se sabe que están en el pueblo buscando un tesoro. Poco a poco se van revelando sus identidades, hasta llegar a un clímax que... No, no es uno de esos clímax que nadie habría visto venir, porque otra vez nos encontramos ante un guión que, sin estar mal construido, no logra mantener la sorpresa hasta el final. ¿A alguien lo tomó fuera de base descubrir quién era el último de los Venenos? Si alguien levanta la mano hay que darle un reglazo en ella, porque no podía ser más obvio desde el inicio.

Novedades... Sí, el uso de la fantasía, los trajes... Pero es una de esas películas de cháchara. Verán, si algo me molesta de una película es que los personajes vayan y vengan y cada uno dé un pedazo de información puramente hablada (error que hacía caer a pique a una película ya de por sí problemática como No le Digas a Nadie, de Guillaume Canet, sobrevalorada por cierto sector de la crítica y marujas de tardes desocupadas). Lo paso en un film noir, porque precisamente ese despiste es parte del encanto, pero en una película de artes marciales, no. Soy plenamente consciente de que la película se emparenta con ese subgénero chino de películas en las que los personajes se la pasan dentro de una posada, conspirando y traicionándose, pero aquí a mí no me funcionó bien.

No del todo fallidas, pero no clásicos reales para mí, aunque para muchos más sí lo sean, al menos estas dos película sirvieron para volver a escribir un poco en este blog que tenía abandonado desde hacía mucho. Pero creo que a veces es necesario tomar distancia y recuperarse, y en vista de lo escrito, creo que sirvió de algo.

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